DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

18 de febrero de 2011

Leamos la Biblia!

Hay un libro que sobresale entre todos los demás porque no es un libro común.
A través de los siglos muchas veces y de diferentes maneras, han querido destruirlo e impedir su lectura, porque en sus páginas hay vida y poder para penetrar hasta lo más profundo del ser, discernir los pensamientos y transformar el corazón.

Su Autor es el Creador del Universo, el Dador de la Vida, y el Autor también del plan de salvación más grande desplegado a favor de la humanidad. Sus palabras han alumbrado el camino de quienes andaban errantes por la vida, han alimentado a los que estaban hambrientos en su espíritu, han brindado esperanza a los desahuciados de este mundo, y han aumentado la fe de quienes no podían creer...

La Biblia contiene Palabra de Dios verdadera... Es el libro más precioso de todos los tiempos, un tesoro de incalculable valor que nos fue dado para enseñarnos a conocer a Dios, guiarnos a Jesucristo y fortalecernos durante nuestra estadía en la tierra. No dejemos de leerla y de meditar en ella. Acudamos a Cristo para que la verdad de Dios sea revelada mediante el Espíritu Santo a nuestro corazón.

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