DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

31 de mayo de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 31 de mayo

Job, capítulos 15 al 17

"Ante Dios derramaré mis lágrimas." (Job 16:20)

"Señor, Tú eres mi fortaleza y mi refugio en el tiempo de la aflicción." (Jeremías 16:19)

"En la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos." (Salmo 57:1)

Tenemos a quién acudir cuando las penas invaden nuestra alma...
Nuestras tristezas, nuestras vergüenzas, nuestro dolor, llevémoslo todo ante Dios en oración.
El nos escucha, Su Espíritu nos consuela, Su Palabra nos conforta.
Hay lugar en Su presencia para que se refugien durante el tiempo de aflicción todos los que aman Su nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario