DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

31 de diciembre de 2011

Mensaje de Fin de Año


Queridos amigos, y hermanos en Cristo:

Al dar vuelta la útima página de este año, deseo acercarme a ustedes a través de estas líneas para desearles un nuevo año en donde podamos buscar a Dios de todo corazón y crecer en el conocimiento de Su amado Hijo.

Al fin, el todo de la vida consiste en eso... en que le conozcamos a El...

Hay muchos entre ustedes que están buscando a Dios... y ésta es la promesa para los que le buscan sinceramente: “le encontrarán”. Si le buscan a través de Cristo, verdaderamente le hallarán.

También hay entre nosotros muchos que ya hemos conocido a Cristo y hemos depositado nuestra fe en El; mas no nos quedemos allí, contentos con la salvación, cuidémosla con temor viviendo en luz y en santidad. Cultivemos con paciencia y perseverancia, todos los frutos que produce la presencia del Espíritu Santo en el corazón de cada verdadero discípulo de Jesús. Y éstos son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

Es necesario que nosotros mengüemos y que Cristo crezca dentro nuestro hasta llenarlo todo.

Igual que una semilla debe ‘morir’ primero bajo tierra para que germine la vida que hay en su interior, así también es necesario que los que hemos recibido la nueva vida de Cristo, muramos a nosotros mismos cada día para que esa vida de resurrección se desarrolle, crezca y dé fruto agradable para nuestro Dios y Padre.

Para este nuevo año que comienza, no les deseo éxito, ni felicidad, ni prosperidad material, ni bienestar... esos son los ‘buenos’ deseos de este mundo. Pero para los hijos de Dios, hay un deseo superior: Ser cada día más semejantes a Jesucristo. Y esa transformación vendrá muchas veces de la mano de la aflicción; pero producirá en nosotros cada vez un mayor peso de gloria.

Permanezcamos este nuevo año en las palabras de Jesús para no ser arrastrados por corrientes que no provienen del verdadero evangelio.

Si guardamos Sus palabras, Su amor se perfeccionará en nuestras vidas y permaneceremos unidos a El para andar como El anduvo. (Juan 2:4-6)

¿Y qué decir del año que termina?

Sólo puedo presentarme delante del Señor con un corazón agradecido por Su amor que es eterno, por Su misericordia y bondad que se han renovado cada mañana, por su fidelidad más alta que los cielos, y por Su disciplina que aunque ha dolido, fue conquistando un poco más del terreno árido de mi corazón para extender allí Su reino. Todavía falta, pero sé que El no abandonará la obra de Sus manos, la seguirá completando en el nuevo año que tenemos por delante.

Nuestro amoroso Padre celestial seguirá perfeccionando a cada uno de sus hijos.

Les dejo con estos versículos:

“Anda delante de Mí, y sé perfecto.” (Génesis 17:1)

“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (Mateo 5:48)


Les saludo cordialmente en Cristo Jesús, quién nos ha amado desde antes de la fundación del mundo,
Palabras para Animar.

28 de diciembre de 2011

Libro: Pies de Ciervas en los Lugares Altos - Hannah Hurnard

"Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual pondrá mis pies como de ciervas, y me hara andar sobre mis alturas." (Habacuc 3:19)

Este libro es una alegoría fascinante de la vida cristiana, que personifica las actitudes de la mente, del corazón y del carácter, que con tanta frecuencia hacen tambalear al cristiano en su viaje a los "lugares altos" que simbolizan la unidad perfecta con Jesucristo.
En este viaje aprenderemos cómo aceptar el mal y cómo triunfar sobre él; cómo afrontar el dolor y cómo transformar todas las pruebas de la vida en gloriosas victorias.
Los "pies de ciervas" y los "lugares altos" no simbolizan moradas de celestial reposo a las que llegaremos después de la muerte, sino, por el contrario, experiencias gloriosas que el Padre Celestial promete a todos sus hijos, aquí y ahora, si siguen fielmente el camino que ha trazado para cada uno de ellos.


26 de diciembre de 2011

Hoy también te recordamos, Jesús!

He esperado hasta hoy para escribirles cuando la alegría efusiva por el nacimiento de Jesús comienza a desvanecerse entre otros motivos que cobran vida para alegrarnos nuevamente, o quitarnos la alegría...
Esperé hasta hoy... cuando la vida retoma su rumbo como siempre y entonces somos más propensos a olvidarlo...
Es por eso que esperé hasta hoy... para volver a recordar aquel día...

Hoy también tiene valor el nacimiento de Jesús... igual que ayer. Cada día necesitamos volver a pensar en el milagro tan glorioso que posibilitó a Dios tomar forma humana y habitar entre nosotros.
Venir a esta tierra requería despojarse de Su gloria, de Su poder, Su grandeza y dignidad... y El aceptó descender de los cielos y humillarse como el más pequeño, para salvar aún al más pecador de los hombres.

Jesús nació para traer esperanza a nuestra raza caída, para romper las cadenas del pecado que apresaban nuestras vidas, para alumbar la oscuridad en que se encontraba nuestro corazón; Jesús nació para mostrarnos el camino al cielo y a la vida eterna; para que pudiéramos conocer realmente al Padre y ser reconciliados con El...

No hay ni siquiera uno entre nosotros que no necesite ser salvo por Jesús, no hay ni siquiera un hombre en toda la tierra que sea justo en sí mismo. No lo hay hoy, ni lo hubo nunca. Todos hemos pecado y por eso fuimos destituidos de la gloria de Dios. A causa del pecado fuimos hallados culpables y sentenciados a muerte. Una vez escuché una frase muy cierta: Nacemos a la vida bajo sentencia de muerte...

Pero el Sol de Justicia nació, y en sus alas trajo salvación para todos los que temen Su nombre... (Malaquías 4:2) Cuán grande es Su amor!! Hay esperanza para los que invocan el nombre del Hijo de Dios!!

Cuánta gratitud tiene hoy mi alma por aquel día en que los ángeles entonaron desde el cielo: "¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lucas 2:14).

La luz del Hijo del Altísimo hemos visto y hemos escuchado Su mensaje. Muchos seguirán prefiriendo y amando más las tinieblas... Pero otros creerán y se refugiarán bajo las alas del Salvador.
Yo he creído en El, y he decidido seguirle hasta el fin!

"El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz;
los que moraban en tierra de sombre de muerte,
luz resplandeció sobre ellos." (Isaías 9:2)

En Cristo Jesús, Palabras para Animar.

18 de febrero de 2011

Leamos la Biblia!

Hay un libro que sobresale entre todos los demás porque no es un libro común.
A través de los siglos muchas veces y de diferentes maneras, han querido destruirlo e impedir su lectura, porque en sus páginas hay vida y poder para penetrar hasta lo más profundo del ser, discernir los pensamientos y transformar el corazón.

Su Autor es el Creador del Universo, el Dador de la Vida, y el Autor también del plan de salvación más grande desplegado a favor de la humanidad. Sus palabras han alumbrado el camino de quienes andaban errantes por la vida, han alimentado a los que estaban hambrientos en su espíritu, han brindado esperanza a los desahuciados de este mundo, y han aumentado la fe de quienes no podían creer...

La Biblia contiene Palabra de Dios verdadera... Es el libro más precioso de todos los tiempos, un tesoro de incalculable valor que nos fue dado para enseñarnos a conocer a Dios, guiarnos a Jesucristo y fortalecernos durante nuestra estadía en la tierra. No dejemos de leerla y de meditar en ella. Acudamos a Cristo para que la verdad de Dios sea revelada mediante el Espíritu Santo a nuestro corazón.

31 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, lunes 31 de enero

Apocalipsis, capítulos 19 al 22

¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!


Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque pronto llegará el día en que se celebren las bodas del Cordero. La iglesia, su novia, se está preparando vistiéndose de lino fino, limpio y resplandeciente (que son las acciones justas de los santos).
Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.

¡Ven pronto Señor! El Espíritu y los que pronto seremos tu Esposa, clamamos:¡Ven, si, ven Señor Jesús!
(Apocalipsis 19:7-9, 17, 20)

30 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 30 de enero

Apocalipsis, capítulos 16 al 18

He aquí, Yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas. (Apocalipsis 16:15)

Nadie sabe el día ni la hora en que vendrá nuestro Señor. No nos dejemos llevar por las palabras de quienes anuncian fechas basadas en cálculos hechos por los hombres; aún si un angel se apareciera anunciando el día o la hora de la venida de Cristo, no deberíamos creerle.
Por las señales que vemos en la tierra, y el sentir que va produciendo el Espíritu Santo en la iglesia, Su regreso está muy cerca, pero no sabemos cuándo será. Esperemos a nuestro Amado con paciencia y alegría todo el tiempo que demore en venir por nosotros.
Vivamos con sabiduría, como hijos de la luz, sin enredarnos en las obras de las tinieblas. Perseveremos en la fe, manteniendo viva en nuestro corazón la esperanza de Su regreso.
No olvidemos Su promesa, no nos durmamos durante la espera. Velemos! Porque El vendrá como ha prometido.

29 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, sábado 29 de enero

Apocalipsis, capítulos 13 al 15

Dichosos los que terminan sus días sobre la tierra unidos al Señor. Ellos descansarán de sus trabajos porque sus obras los acompañan. (Apocalipsis 14:13)

28 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, viernes 28 de enero

Apocalipsis, capítulos 10 al 12

Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de Su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos; y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (Apocalipsis 12:10-11)

Día y noche hay un adversario de la salvación de nuestras almas que nos acusa ante el trono de Dios. Pero llegará el momento en que será expulsado, y se manifestarán por completo la salvación, el poder, el reino y la autoridad pertenecientes a Dios y a Cristo.
Pero mientras dure la noche oscura sobre la tierra, en que el príncipe de las tinieblas gobierna sobre el mundo, tenemos quién nos defiende. Nuestro Salvador Jesucristo presenta defensa a favor nuestro delante del Padre. El es nuestro abogado y defensor de todas las acusaciones con que desea condenarnos el maligno. La sangre de nuestro Redentor nos limpia y justifica. Refugiémonos en ella. Preciosa sangre que lava nuestras manchas, y por medio de la cual somos vencedores sobre toda fuerza del mal.

27 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, jueves 27 de enero

Apocalipsis, capítulos 7 al 9

Dios quiso revelarle a Juan las cosas que sucederían al final de los tiempos, para que las escribiera como un mensaje profético, cuyo cumplimiento iba a ser verdadero. Todo el Apocalipsis contiene visiones acerca de los planes y propósitos de Dios en la tierra y en la eternidad.
Tal vez no entendamos con precisión todo el contenido, pero por medio de él, nuestro corazón mantiene viva la esperanza del regreso de nuestro Señor, Sus promesas son fieles y verdaderas y la victoria final es Suya.
Bienaventurados los que sean hallados con fe el día en que se manifieste nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Vi una multitud de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palmas en la mano. Clamaban a gran voz, diciendo: ¡La salvación pertenece a nuestro Dios y al Cordero!

Todos ellos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado y blanqueado sus ropas en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en Su templo. Y el que está sentado en el trono les dará refugio en Su santuario. Ya no sufrirán hambre ni sed. No los abatirá el sol ni ningún calor abrasador, porque el Cordero que está en el trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva; y Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos.

(Apocalipsis 7:9-10, 14-17)

26 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, miércoles 26 de enero

Apocalipsis, capítulos 4 al 6

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso; el que era, que es y que ha de venir.

Toda gloria, honra y acción de gracias sean al que vive por los siglos de los siglos. Digno es el Señor y Dios nuestro de recibir adoración, porque El creó todas las cosas y por Su voluntad existen.
El Cordero que fue inmolado es digno de alabanza, pues con Su sangre nos ha redimido para nuestro Dios.
¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero! (Apocalipsis 4:8, 11, 12-13)

Dios nos ha mostrado su gran salvación. El ha sido bueno al perdonarnos y derramar sobre nosotros su gracia y misericordia inmerecidas. Somos herederos de Su reino, de Sus promesas, de Sus bondades, y de la vida eterna!! Por la muerte de Jesucristo es que nosotros vivimos, por Sus heridas nosotros somos curados, por sufrir en Su cuerpo el castigo de nuestras culpas es que obtuvimos paz. ¿Cómo no alabar Su nombre? ¿Cómo no darle gracias? ¿Cómo no rendirle toda nuestra adoración cada día?

Que Sus redimidos le exalten, que todos Sus santos le bendigan; nuestros labios anuncien Su fidelidad y nuestros corazones desborden de alegría y gratitud por Su amor que es eterno.
Nunca serán suficientes las palabras para darle al Señor, nuestro Dios, la alabanza que merece.
Bendice alma mía a tu Creador, a tu Rey y Salvador, al único Dios!

25 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, martes 25 de enero

Apocalipsis, capítulos 1 al 3

Trabajemos arduamente por amor de Su nombre, con paciencia, sin desmayar y sin perder el primer amor.
El que salga vencedor, comerá del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.

Aunque seamos probados y padezcamos tribulaciones, mantengámonos fieles hasta la muerte, y El nos dará la corona de vida.

No neguemos la fe que tenemos en Cristo, retengamos Su nombre en medio de esta generación perversa en que vivimos. Y al final recibiremos un nombre nuevo dado por nuestro Señor.

El Señor escudriña la mente y el corazón para dar a cada uno según sus obras. Retengamos lo que tenemos hasta que El venga.
Quienes guarden Sus obras hasta el fin, tendrán autoridad sobre las naciones, y recibirán la estrella de la mañana.

Estemos vigilantes y afirmemos nuestros corazones en el Señor. Recordemos lo que hemos recibido y oído y guardémoslo. Si no velamos, El vendrá como ladrón y nos encontrará desprevenidos.
Pero quienes se mantengan sin mancha, caminarán con El con vestiduras blancas y sus nombres no serán borrados del libro de la vida, sino que el mismo Señor los nombrará delante del Padre y de Sus ángeles.

Aunque nuestras fuerzas sean pocas, guardemos Su Palabra y no neguemos Su nombre, y seremos guardados en la hora de la prueba que vendrá sobre el mundo entero. El Señor viene pronto; retengamos lo que tenemos para que ninguno tome nuestra corona.
Los vencedores serán columnas en el templo de Dios, y llevarán escrito Su nombre sobre ellos.

Ay, de los que son tibios!! El Señor los vomitará de Su boca. Ellos creen que no les hace falta nada pero a los ojos de Dios son desventurados, miserables, están pobres, ciegos y desnudos. El reprende y disciplina a los que ama, por eso nos advierte para que nos arrepintamos a tiempo y acudamos a El para cubrir nuestra vergüenza, pobreza, ceguera y desnudez espiritual. Ahora es el tiempo de volvernos a El.
El Señor está a la puerta llamando; si alguno oye Su voz y le abre, El entrará y cenarán juntos.
Los vencedores se sentarán con El en Su trono.

El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia.

Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con Su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes parara Dios, su Padre; a El sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 1:5-6, 8)

24 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, lunes 24 de enero

2 Juan
3 Juan
Judas

Cuidémonos para no perder el fruto de nuestro trabajo; procuremos recibir la recompensa completa. (2 Juan 8)

No tiene comparación la recompensa gloriosa y eterna que el Señor tiene preparada para los santos que permanezcan fieles a El hasta el final, con los placeres engañosos y temporales que este mundo nos ofrece.

Si retrocedemos, no agradaremos a Dios. Si ponemos nuestros ojos en lo que es terrenal, perderemos de vista lo eterno.
Prosigamos el camino que nos ha sido trazado por nuestro Salvador; es angosto, sí; pasaremos aflicciones... veremos varias veces puesta a prueba nuestra fe... seremos disciplinados por nuestro amoroso Padre para perfeccionarnos... Pero Su gozo será nuestra fortaleza, Su paz guardará nuestros corazones, Su Espíritu Santo será nuestro consuelo.
No serán avergonzados los que confían en el Señor! Y al final heredarán la vida eterna.

Nuestro Dios es poderoso para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de Su gloria con gran alegría.
Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea la gloria y majestad, ahora y para siempre!! (Judas 24-25)

23 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 23 de enero

1 Juan, capítulos 3 al 5

Prácticamente toda la primera carta del apóstol Juan nos habla sobre el amor de Dios hacia nosotros, y el amor que nosotros debemos mostrar hacia nuestros hermanos.
Un resumen de los últimos 3 capítulos:

Cuánto amor nos ha mostrado el Padre para llamarnos Sus hijos!

Y esto nos ha mandado Dios: 'Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros.'

El que no hace justicia, y el que no ama a su hermano, no es de Dios.
Sabemos que hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a nuestros hermanos.
El que no ama a su hermano, permanece muerto.
Aquel que aborrece a su hermano es homicida; y en ningún homicida permanece la vida eterna.
Si alguien tiene bienes materiales y no es compasivo con su hermano que está pasando necesidad, ¿cómo habita el amor de Dios en él?
No amemos de palabra ni de labios para fuera, sino con hechos y de verdad.

El que guarda Su mandamiento permanece en Dios, y Dios en él. Porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. Pero el que no ama, no le conoce porque Dios es amor.
El ha mostrado Su amor para con nosotros, en que envió a Su hijo unigénito al mundo, para que vivamos por medio de El.
Si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. El que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Si decimos que amamos a Dios, pero odiamos a nuestro hermano... somos mentirosos. Si amamos a Dios debemos amar también a nuestros hermanos.

Los que han nacido de Dios, no practican el pecado pues Aquel, que fue engendrado por Dios, Jesucristo, les guarda, y el maligno no les toca.

22 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, sábado 22 de enero

2 Pedro, capítulo 3
1 Juan, capítulos 1 y 2

En los últimos días habrá gente que se burlará diciendo: ¿Dónde está la promesa de Su advenimiento? (2 Pedro 3:3-4)
Pero el Señor no retarda Su promesa según piensan ellos. Sino que El tiene paciencia, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; por eso debemos vivir de manera santa y piadosa, esperando y apresurándonos para la venida del Señor.
Procuremos con diligencia ser hallados por El sin mancha e irreprensibles, en paz.
Recordemos que la paciencia de nuestro Señor es para salvación. (2 Pedro 3:9-15)

No nos desanimemos, mantengámonos firmes, aguardando con paciencia, pues Su venida está cada día más cerca. (Santiago 5:6)

21 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, viernes 21 de enero

1 Pedro, capítulo 5
2 Pedro, capítulos 1 y 2

Añadamos a nuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Porque si estas cualidades abundan en nosotros, no estaremos ociosos, ni carentes de frutos, y creceremos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. (2 Pedro 1:5-7)

Procuremos añadir todo lo que está faltando en nuestras vidas. El Señor lo proveerá abundantemente a aquellos que buscan Su rostro. Amemos a Dios con todo nuestro corazón, y en toda circunstancia. El tiempo que desperdiciemos aquí en conocerle, significará una pérdida inmensa en la eternidad. Alimentemos nuestro espíritu en Su presencia, llenemos nuestras mentes con Su Palabra. No descuidemos nuestro depósito eterno.

Seamos sobrios, y velemos; porque nuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; resistámosle firmes en la fe, sabiendo que nuestros hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.
Pero el Dios de toda gracia que nos llamó a Su gloria eterna en Jesucristo, después de sufrir un poco de tiempo, nos perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá.
A El sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. (1 Pedro 5:8-11)

20 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, jueves 20 de enero

1 Pedro, capítulos 2 al 4

Somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable. (1 Pedro 2:9)

Por la misericordia de Dios fuimos escogidos para pertenecer a Su familia, El nos adoptó como hijos Suyos para ser Su descendencia, linaje Suyo. (Efesios 1:4-5)

Cristo es nuestro único sumo sacerdote, perfecto y santo, y todos los creyentes (la iglesia) somo sacerdotes para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios, por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:5)
Algunos sacrificios espirituales mencionados en la Biblia son:
- Presentar nuestros cuerpos a Dios en santidad. (Romanos 12:1)
- Honrarle con nuestras alabanzas, con el fruto de labios que confiesan Su nombre. (Hebreos 13:15)
- Hacer el bien y ayudarnos mutuamente. (Hebreos 13:16)

También somos una nación santa, apartada para Dios. Vivimos en este mundo, pero nos movemos según los principios y valores del Reino de los Cielos, buscando hacer la voluntad de nuestro Señor y Rey. Si amamos a nuestro Dios, le obedeceremos y buscaremos para nuestras vidas lo que conduce a la santidad.

Y somos un pueblo diferente, pertenecemos a Dios. Hemos sido adquiridos por El para anunciar al mundo Sus virtudes: Su justicia, misericordia, fidelidad, santidad, poder, amor...

Los que responden al llamado de Dios, pasarán de las tinieblas a Su luz admirable, gracias a la obra redentora de Cristo Jesús en la cruz.


19 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, miércoles 19 de enero

Santiago, capítulos 4 y 5
1 Pedro, capítulo 1

¡Oh almas adúlteras! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? El que quiere ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios. (Santiago 4:4)

No amemos al mundo, ni las cosas que están en el mundo. El que ama al mundo, no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa con todos sus malos deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2:15-17)

Aquel que nos llamó es santo, seamos también nosotros santos en toda nuestra manera de vivir. (1 Pedro 1:15)

18 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, martes 18 de enero

Santiago, capítulos 1 al 3

Seamos prontos para oir, y lentos para hablar y para enojarnos; porque la ira nos impulsa a actuar de manera contraria a la justicia de Dios, y el que no logra refrenar su lengua tampoco puede controlar su cuerpo.

No seamos sabios según los criterios de este mundo. Busquemos la sabiduría que viene de Dios que es pura, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

Pongamos en práctica la palabra del Señor, de nada nos sirve estudiarla y conocerla si no nos ejercitamos en vivir de acuerdo a ella.

17 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, lunes 17 de enero

Hebreos, capítulos 11 al 13

Fe es la certeza de lo que se espera, es la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a quienes le buscan. (Hebreos 11:6)

Por la fe es que entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios. (Hebreos 11:3)
Por fe es que somos justificados y tenemos paz con Dios. (Romanos 5:1)
Por la fe en Cristo Jesús es que fuimos adoptados como hijos de Dios, y El ha enviado Su Espíritu a nuestros corazones. (Gálatas 3:14, 4:6)
Es con fe que vencemos al mundo y apagamos los dardos de fuego del maligno. (1 Juan 5:4, Efesios 6:16)
Por la fe en Sus promesas, conservamos la esperanza del regreso de nuestro Señor, y esperamos cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. (2 Pedro 3:13-14)

Los justos viven por fe, y alcanzan buen testimonio delante de Dios por medio de ella.

Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés... y tantos otros hombres y mujeres agradaron a Dios y obtuvieron testimonio de justicia por medio de la fe. Ellos confiaron en El, creyeron Sus promesas, le obedecieron, y esperaron convencidos de que era poderoso para hacer todo lo que había prometido. Sacaron fuerzas de debilidad y su fe se fortaleció en medio de las pruebas. No temieron, pusieron la mirada en el galardón, y se mantuvieron como viendo al Invisible. Por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas... Otros murieron sin recibir lo prometido, creyéndolo aún y saludándolo de lejos. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos. Muchos fueron apedreados, perseguidos, encarcelados, maltratados... pero su fe les fue contada por justicia.

Fe no es creer que Dios va a hacer lo que queremos, o que por medio de ella vamos a conseguir todo lo que deseamos.
Fe es creerle a Dios, confiar en Sus palabras, y mantenernos en Sus promesas todo el tiempo, aun durante la adversidad.

16 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 16 de enero

Hebreos, capítulos 8 al 10

Después de conocer a Dios, es muy grave aprovechar Su gracia para pecar voluntariamente. Es como pisotear al Hijo de Dios y menospreciar la sangre que El derramó para santificarnos; y es una afrenta al Espíritu Santo. (Hebreos 10:29)

"Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los enemigos de Dios." (Hebreos 10:26-27)

Una vez que hemos creído, no retrocedamos para perdición, no hagamos mal uso de Su gracia y misericordia. No tomemos en vano la sangre que derramó nuestro amado Salvador para limpiarnos.
Conservemos la fe y perfeccionémonos en la santidad para preservar nuestras almas.



15 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, sábado 15 de enero

Hebreos, capítulos 5 al 7

En Cristo tenemos un sumo sacerdote santo, inocente y sin mancha, que se compadece de nuestras debilidades y es poderoso para socorrernos cuando somos tentados, porque El mismo fue tentado en todo, pero sin pecar; y por lo que padeció aprendió la obediencia y llegó a ser el autor de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, está a la diestra del Padre intercediendo por nosotros. Gracias a El podemos acercarnos con confianza ante el trono de nuestro Dios, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
(Hebreos 2:18, 4:15, 5:8-9, 7:25-26, Romanos 8:33-34)

No cedamos ante la tentación, tenemos socorro en el Señor para resistirla y salir aprobados de ella.

"Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman." (Santiago 1:12)

14 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, viernes 14 de enero

Hebreos, capítulos 2 al 4

Que no haya en ninguno de nosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. Al contrario, animémonos a perseverar para que
ninguno de nosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Para tener parte con Cristo, debemos retener firme hasta el fin, nuestra confianza del principio. (Hebreos 3:12-14)

Es con paciencia, con perseverancia, con confianza en Su Palabra que llegaremos al final de la carrera sin perder la fe. Volvamos nuestro corazón cada día a nuestro Señor para que no se distancie de El, cargándose de pecado; necesitamos acudir día a día a Su presencia para ser lavados con Su sangre, y para alimentar la comunión con nuestro Padre.

"Es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos..." (Hebreos 2:1)

No descuidemos una salvación tan grande!

13 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, jueves 13 de enero

Tito, capítulo 3
Filemón
Hebreos, capítulo 1

Dios nos salva, no por ninguna obra justa que nosotros hayamos hecho, sino por Su misericordia, y por la fe en Jesucristo. Somos justificados por Su gracia al nacer de nuevo, por medio del Espíritu Santo.

Nadie podrá llegar al cielo confiando en sus buenas obras. Sólo por medio de la fe y confianza en Cristo y en Su obra redentora es que somos salvos y herederos de la vida eterna. (Tito 3:4-7 / Efesios 2:8)

Y si hemos nacido de nuevo por el Espíritu, no es para seguir viviendo según la antigua vida; sino para comenzar una nueva vida en Cristo, en obediencia al Padre y en santidad.

"A nadie difamen, no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres." (Tito 3:2)

12 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, miércoles 12 de enero

2 Timoteo, capítulo 4
Tito, capítulos 1 y 2

Todas las cosas son puras para los puros, pero para los corruptos e incrédulos nada les es puro; pues tienen corrompidas la mente y la conciencia.
Profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo niegan, siendo abominables y rebeldes, incapaces de hacer ninguna buena obra. (Tito 1:15-16)

El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, siga en su inmundicia. Pero el que es justo, siga practicando la justicia; y el que es santo, santifíquese todavía. (Apocalipsis 22:11)

Renunciemos a la impiedad y a las pasiones mundanas y vivamos en este siglo de manera sobria, justa y piadosa; aguardando la bendita esperanza: la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. (Tito 2:12-13)

Los hijos de Dios que aman la venida de Cristo, santifíquense!
Los que deseamos estar listos y ataviados como la novia pura, sin mancha y resplandeciente que El viene a buscar, practiquemos la justicia, abandonemos las obras impuras, busquemos lo que conduce a la santidad y perseveremos en ella; guardemos nuestra fe hasta el fin sin desanimarnos!!

11 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, martes 11 de enero

2 Timoteo, capítulos 1 al 3

No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)

Poder: para tener victoria sobre el pecado y contra las fuerzas del mal; y llevar a cabo las obras y señales que Jesucristo nos encomendó.
Amor: para amar y perdonar a nuestros prójimos así como Dios nos amó y perdonó a nosotros también en Cristo Jesús.
Dominio propio: para no vivir cautivos, gobernados por los deseos descontrolados de nuestro cuerpo; sino en libertad, gobernando nosotros sobre él para glorificar a Dios en todo nuestro ser.

Los que son hijos de Dios, han recibido Su Espíritu. Y El es quien nos capacita, enseña, y recuerda todas estas cosas para que podamos andar como Cristo anduvo. Seamos sensibles a Su obrar en nuestro corazón.

10 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, lunes 10 de enero

1 Timoteo, capítulos 4 al 6

Peleemos la buena batalla de la fe, echemos mano de la vida eterna, a la cual fuimos llamados. (1 Timoteo 6:12)

Como cristianos, peleemos nuestra batalla de cada día. Velemos en oración, vivamos en santidad, busquemos la voluntad de Dios y ajustemos nuestras vidas a ella, amemos al Señor con todo el corazón y dediquémonos a servirle según Su Espíritu nos guíe. No nos adaptemos a este mundo, no nos acomodemos para pasarla bien. No estamos viviendo para nosotros mismos, sino para agradar y glorificar en todo a nuestro Dios.
Fuimos llamados a heredar vida eterna con Cristo, pero tenemos que echar mano de ella; no la dejemos escapar!

9 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 9 de enero

1 Timoteo, capítulos 1 al 3

Hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos. (1 Timoteo 2:5)

Todo otro nombre que invoquemos o en quien pongamos nuestra confianza para relacionarnos con Dios pasa a ser un intermediario, y la Biblia dice que hay sólo uno: Jesús. No hay santos que puedan actuar a favor nuestro, ni vírgenes, ni María. Pecamos contra Dios cuando invocamos otros nombres y les elevamos nuestras oraciones a ellos. Es en vano, y es un camino equivocado que ha confundido y atrapado a multitudes en el mismo error.
Hay un sólo Dios, y un sólo mediador, Cristo. El es el camino para llevarnos al Padre y reconciliarnos con El. Nadie más.

8 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, sábado 8 de enero

2 Tesalonicenses, capítulos 1 al 3

Oremos para que la Palabra del Señor corra difundiéndose rápidamente y sea recibida por los que aun deben creer. (2 Tesalonicenses 3:1)

Seamos diligentes delante del Señor en oración; preocupémonos por las cosas del reino de Dios y porque sea dado a conocer el mensaje del evangelio.

7 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, viernes 7 de enero

1 Tesalonicenses, capítulos 3 al 5

La voluntad de Dios es que seamos santificados. (1 Tesalonicenses 4:3)

Dios no está interesado en tener hijos famosos, poderosos, exitosos, ricos, o talentosos. El busca hijos santos, que glorifiquen Su nombre en toda su manera de vivir.
Dios desea llevarnos a una santidad cada vez mayor; de otra manera no podremos llegar a ser como Cristo Jesús.

Que el Dios de paz, nos santifique por completo, y guarde todo nuestro ser -espíritu, alma y cuerpo- irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tesalonicenses 5:23)

6 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, jueves 6 de enero

Colosenses, capítulo 4
1 Tesalonicenses, capítulos 1 y 2

Perseveremos en la oración, velando en ella con acción de gracias. (Colosenses 4:2) Amados, no dejemos de orar!!

Que podamos estar firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.
(Colosenses 4:12) No nos conformemos con menos!

5 de enero de 2011

Metas para este año...

Para el año 2011 que nuestras metas sean agradables a Dios:

Como ENOC, caminar en compañerismo diario con el Padre Celestial.

Como ABRAHAM, confiar incondicionalmente en Dios.

Como MOISÉS, obedecer a Dios aunque esto signifique sufrir.

Como JOSÉ, dar la espalda a la tentación.

Como JOSUÉ y CALEB, no permitir que me desanimen los obstáculos.

Como EZEQUÍAS, preparar mi corazón para buscar a Dios.

Como DAVID, alzar mis ojos a los montes y recordar que mi socorro viene de Jehová.

Como JOB, ser paciente bajo cualquier circunstancia.

Como DANIEL, vivir en comunión constante con Dios.

Como ANDRÉS, guiar a mis hermanos a Cristo.

Como ESTEBAN, manifestar un espíritu de perdón hacia los que nos hieren.

Como PABLO, olvidar lo que está atrás y proseguir a la meta.

Reconociendo nuestra incapacidad de alcanzar estos objetivos por nuestras propias fuerzas, proclamemos las palabras de la Biblia:

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Autor desconocido

Nuestra lectura de hoy, miércoles 5 de enero

Colosenses, capítulos 1 al 3

Si hemos resucitado con Cristo, busquemos las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Concentremos nuestra atención en las cosas del cielo y no en las de la tierra. (Colosenses 3:1-2)

Busquemos en primer lugar el reino de Dios, no nos aferremos a lo que es temporal.
Edifiquemos nuestras vidas sobre el fundamento que es Cristo, con materiales que no se echen a perder y que tengan valor eterno... Para que nuestras obras permanezcan y recibamos recompensa de nuestro Padre.
Todas nuestras obras serán puestas a prueba delante de Dios. (1 Corintios 3:12-15)

Que podamos tener fruto abundante en nuestra cuenta celestial.

4 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, martes 4 de enero

Filipenses, capítulos 2 al 4

No hagamos nada por contienda o para vanagloriarnos; sino con humildad, no buscando solamente nuestro propio bien, sino considerando también a los demás.

Que haya en nosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, que siendo Dios, no se aferró a Su condición; por el contrario, se humilló voluntariamente haciéndose semejante a los hombres, y tomando la naturaleza de siervo entre ellos. Y porque obedeció al Padre en todo, y hasta en Su muerte, Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo otro nombre, para que ante El se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Glorifiquemos nosotros también a Dios en nuestras vidas, imitando a Cristo: Su obediencia y humildad. El no vino a este mundo para ser servido, sino para servir. Seamos como El.

Hagamos todo sin murmuraciones, ni discusiones, para que seamos hijos de Dios sin mancha, irreprensibles en medio de esta generación maligna y perversa. Resplandezcamos en el mundo como luminares, manteniendo en alto la palabra de vida.

No busquemos nuestros propios intereses, sino los de Jesucristo; y no vivamos llenos de ansiedad, porque tenemos un Padre Celestial que tiene cuidado de nosostros y podemos acudir a El para presentarle nuestras peticiones y ruegos en oración. Y Su paz, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús.

No olvidemos que nuestra ciudadanía está en los cielos, y estamos esperando que de allí regrese el Salvador, el Señor Jesucristo, para buscarnos y llevarnos a Su reino.
Estemos preparados, ocupándonos cada día en nuestra salvación con temor y temblor; y viviendo según el mismo sentir de nuestro Señor.

3 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, lunes 3 de enero

Efesios, capítulos 5 y 6
Filipenses, capítulo 1

Fortalezcámonos en el Señor, y en el poder de Su fuerza. Usemos toda la armadura que Dios nos ha dado para protegernos y estar firmes contra los engaños del diablo. Si no la usamos, seremos blanco fácil de su artillería.
La batalla del cristiano no es contra otras personas, sino contra las fuerzas espirituales de maldad que gobiernan sobre este mundo de tinieblas que nos rodea.
Por eso, tomemos la armadura de Dios, para que podamos resistir cada combate hasta el fin permaneciendo firmes.
Que la verdad, sea como un cinto que nos ciñe para mantenernos firmes. Revistámonos de ella.
Practiquemos la justicia, viviendo en rectitud. Ella será como una coraza para protegernos.
Estemos siempre dispuestos a llevar el evangelio de la paz, anunciándolo donde el Señor nos indique; así tendremos nuestros pies bien calzados.
Tomemos el escudo de la fe, para apagar todas las flechas encendidas con desánimo, incredulidad y otros fuegos que nos arroja el maligno.
Que la salvación sea el casco que proteja nuestra cabeza.
No olvidemos usar la espada del espíritu, que es la Palabra de Dios. Si la leemos y meditamos en ella, abundará en nuestros corazones el consejo de Dios, y podremos resistir al enemigo con la Verdad.
No dejemos de orar. Perseveremos en ella para mantenernos alerta y no ser atacados estando desprevenidos. Oremos en el Espíritu en todo momento, y roguemos también por nuestros hermanos en la fe.

Que la gracia del Señor sea con todos los que le aman con amor inalterable. (Efesios 6:10-18, 24)


2 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, domingo 2 de enero

Efesios, capítulos 2 al 4

Despojémonos de nuestra vieja naturaleza (el viejo hombre), pues está corrompida por deseos engañosos. Revistámonos del nuevo hombre, creado según Dios para vivir con justicia, en santidad, y de acuerdo a la verdad.

Por lo tanto:
Dejemos la mentira, hablemos la verdad a nuestro prójimo.
Si nos enojamos, no pequemos. No dejemos que el sol se ponga estando aun enojados. No le demos lugar al diablo.
El que robaba, no robe más.
Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, sino la que sea buena para edificar y bendecir a quienes nos escuchan.
No hagamos que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el cual fuimos sellados como propiedad de Dios para distinguirnos el día de la redención.
Abandonemos toda amargura, enojo, ira, gritos, calumnias y toda clase de malicia.
Mas bien, seamos bondadosos y misericordiosos unos con otros, perdonémonos mutuamente así como Dios nos perdonó a nosotros en Cristo.
Fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni siquiera se nombren entre nosotros, porque eso no conviene al pueblo santo de Dios.
No digamos palabras deshonestas, vulgares, ni groseras; ni hablemos necedades.

Recordemos que ningún fornicario, o inmundo o avaro (que es idólatra), tiene parte en el reino de Cristo y de Dios.

No participemos de las obras infructuosas de las tinieblas, sino mas bien reprendámoslas.

Seamos imitadores de Dios como hijos amados, y andemos en luz según la nueva vida que hemos recibido en Cristo. (Efesios 4:22-32 / 5:1-11)

1 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, sábado 1º de enero

Gálatas, capítulos 5 y 6
Efesios, capítulo 1

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos, si no nos damos por vencidos. Siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:9-10)

Que el Señor renueve sus fuerzas para seguir sirviéndole; perseverando en llevar a cabo las buenas obras que Dios preparó de antemano para que abunden en ellas y glorifiquen Su nombre.

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, nos dé espíritu de sabiduría y de revelación, para que podamos conocerle mejor; y que alumbre nuestro entendimiento para que sepamos [y recordemos] cuál es la esperanza a la que hemos sido llamados, cuál es la riqueza de Su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de Su poder a favor de los que creemos. (Efesios 1:17-19)

Amados hermanos, vivamos cada día con sabiduría, invirtiendo bien el tiempo y priorizando lo que tiene valor eterno. Busquemos lo que conduce a la santidad, porque sin ella no podremos ver a Dios.

31 de diciembre de 2010

Queridos hermanos y amigos de Palabras para Animar:

Con mucha alegría les escribo para desearles un buen comienzo de año! Hemos transitado juntos este tiempo leyendo la Biblia cada día. Este hermoso desafío que nos propusimos al comenzar el año, el 31 de enero del 2011 llega a su fin. Deseo que la Palabra de Dios continúe dando fruto agradable en sus vidas y produciendo los cambios que el Señor quiere hacer en sus corazones a través de Su Espíritu.

Que toda la gloria, la honra y el honor sean para el único que es digno de recibirla, Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador.

Terminemos este año tomados de Su mano, y comencemos el 2011 aferrándonos aún más a El.

Les aprecia,
Palabras para Animar

** No he podido entregarles a todos el último calendario con lecturas bíblicas, debido a un inconveniente con mis cuentas de e-mail. Si alguno desea recibirlo, por favor, escriba a palabrasparaanimar@gmail.com . GRACIAS!

Nuestra lectura de hoy, viernes 31 de diciembre

Gálatas, capítulos 2 al 4

He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio Su vida por mí. (Gálatas 2:20)

El que está crucificado con Cristo, sólo busca agradarle a El; ha muerto a sus deseos y sólo piensa en satisfacer y agradar el corazón de Dios.
Quien está en la cruz con Cristo no se mueve según sus propios deseos y preferencias, sino que encomienda al Señor su camino y espera en El para ser guiado: dónde ir, qué hacer, cómo hacerlo.
El que ya no vive para sí mismo está dispuesto a darlo todo por Su Salvador, aún su vida, y está dispuesto a dejar lo que sea para hacer Su voluntad.
El cristiano que ama la cruz de Cristo no se sienta a esperar las bendiciones de Dios, sino que se postra ante Su presencia para adorarle y bendecirle por lo que El es y por lo que ha hecho a su favor para salvarlo.

Permanezcamos en la cruz con Cristo, muriendo cada día a nosotros mismos y a los deseos de este mundo; y vivamos para agradar a Aquél que nos amó y dio Su vida por nosotros.

30 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 30 de diciembre

2 Corintios, capítulos 12 y 13
Gálatas, capítulo 1

Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. (2 Corintios 13:5)

Examinemos el camino que hemos transitado en este tiempo, las decisiones que hemos tomado, las cosas que hemos realizado, las expectativas que tenemos para el futuro... Fijémonos si todo esto concuerda con la voluntad de Dios. Busquemos que se extienda Su reino en nuestras vidas, que nuestro corazón sea gobernado por el Rey en todas las áreas.
Arrepintámonos de lo que hicimos separados de El, sin consultarle, o sabiendo que no le agradaba...
Estemos a cuentas con Dios, El es nuestro Padre que nos ama entrañablemente y no permitirá nada impuro en nuestras vidas. El quiere santificarnos cada día más, para hacernos semejantes a Jesús, su amado Hijo. No resistamos Su obra en nuestro corazón.
Volvámonos de todo camino errado, de toda amistad con el mundo, de todo deseo por lo que no conviene ni edifica. Levantemos nuestros ojos a Cristo y clamemos a El para que Su sangre nos limpie y quite las manchas que ha dejado el pecado en nuestra alma. Bebamos de la Fuente de Agua Viva, saciemos nuestra sed espiritual en el Señor, pongamos nuestra mirada en lo que es eterno, porque el mundo pasa, año tras año, pero el que hace la voluntad de Dios permanecerá para siempre y heredará el reino de los cielos.
No perdamos la batalla de la fe, no abandonemos la carrera, no nos decuidemos ni nos entreguemos a vivir como el mundo que anda en oscuridad. Afirmémonos en la Roca eterna, firme, e inconmovible que es Cristo y heredaremos la vida eterna junto a El.
Asegurémonos que cuando en el cielo pasen lista... nuestro nombre también esté!!!

29 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 29 de diciembre

2 Corintios, capítulos 9 al 11

Llevemos cautivo todo pensamiento para que obedezca a Cristo. (2 Corintios 10:5)

Los pensamientos altivos, los pensamientos de incredulidad, los pensamientos impuros, todos sean sometidos al Señor para que El renueve nuestra forma de pensar según la mente de Cristo.

Hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensemos!! (Filipenses 4:8)

28 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 28 de diciembre

2 Corintios, capítulos 6 al 8

No se unan en yugo desigual con los incrédulos; porque: ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente... (2 Corintios 6:14-16)

No armonicemos con el mundo, busquemos estar en paz con Dios. Porque 'el que quiere ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios'. (Santiago 4:4)
No formemos matrimonios con incrédulos, ni hagamos alianzas con ellos. Somos un pueblo diferente, llamados a ser santos y a servir y a adorar al único y verdadero Dios, llamados a hacer Su voluntad y a amarle con todo el corazón.
Apartémonos de todo aquello que contamina nuestro cuerpo y espíritu, para agradar en todo a nuestro Padre.

27 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 27 de diciembre

2 Corintios, capítulos 3 al 5

El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo. (2 Corintios 4:4)

Pero Jesús vino para libertar a los que están cautivos, para dar vista a los ciegos, y a poner en libertad a los oprimidos. (Lucas 4:18)

La obra que Satanás hizo en el mundo, y la ceguera espiritual con que tiene cautiva a la humanidad, sólo Jesús tiene poder para deshacerlas... Acudan a Cristo, y reconcíliense con Dios para dejar de ser parte del reino de las tinieblas y pertenecer al reino de la luz.
Vengan a Cristo para que sus ojos puedan ver la luz, y sus mentes conozcan la verdad, y sus almas hallen libertad. Vengan pronto a Cristo que El no les echará fuera. Sálvense de esta perversa generación! Vuélvanse al Creador. No desperdicien Su gracia y misericordia.

26 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 26 de diciembre

1 Corintios, capítulo 16
2 Corintios, capítulos 1 y 2

Manténganse velando, permanezcan firmes en la fe; sean valientes, y esfuércense. Hagan todas las cosas con amor.

Manténganse firmes y constantes, creciendo siempre en la obra del Señor, sabiendo que el trabajo que realizan en el Señor no es en vano. (1 Corintios 16:13-14 / 15:58)

Queridos hermanos, cada día venzamos al mundo por medio de nuestra fe en Cristo Jesús; no nos entreguemos a una vida liviana y descuidada. Disciplinemos nuestro cuerpo para buscar al Señor en oración, leyendo Su Palabra y meditando en ella, y ayunando según Su Espíritu nos guíe a hacerlo. Vivamos nuestros días con sabiduría, procurando siempre hacer la voluntad del Padre antes que la nuestra. No nos desanimemos, pues nada que hagamos para El será en vano; que nuestros ojos estén puestos en la recompensa que Dios dará a cada uno según su obra.
Sigamos sirviendo al Señor sin cansarnos, sigamos amando a nuestros hermanos, sigamos clamando por los que están perdidos, sigamos creciendo en gracia y en el conocimiento de Dios y Su verdad.

25 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 25 de diciembre

1 Corintios, capítulos 13 al 15

Si hablo lenguas humanas y angelicales, y comunico mensajes de parte de Dios, y entiendo todos los misterios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover las montañas... pero no tengo amor... no soy nada.
Y si doy a los pobres todo lo que poseo, y entrego mi cuerpo en sacrificio... pero no tengo amor... de nada me sirve.

Tener amor es ser paciente, bondadoso. El amor no es envidioso, ni presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta. El que ama no se enoja fácilmente, no guarda rencor. Tener amor es no alegrarse en la injusticia, sino en la verdad.
El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Las profecías, las lenguas, y la ciencia acabarán; pero el amor nunca dejará de existir!
Hay tres virtudes que ahora permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero el mayor de ellos es el amor. (1 Corintios 13)

El amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. (1 Juan 4:7-8)

Amémonos unos a otros como Dios nos ha amado.

Que el Señor nos haga crecer y abundar en amor para con nuestros hermanos en la fe, y para con todos los demás, para que nuestros corazones sean afirmados, y nuestra santidad sea irreprensible el día en que el Señor vuelva por su iglesia. (1 Tesalonicenses 3:12-13)

24 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 24 de diciembre

1 Corintios, capítulos 10 al 12

Todas las cosas nos son lícitas, pero no todas convienen, ni todas edifican.
Todas las cosas nos son lícitas, pero nosotros no dejaremos que ninguna cosa nos domine. (1 corintios 6:12, 10:23)

Somos esclavos de aquello que nos domina...
No dejemos que nuestros deseos nos dominen... Permitamos que sea el Espíritu Santo quien controle nuestras vidas, para que no sirvamos a nuestra carne sino a los deseos de nuestro Padre que está en el cielo.
Seamos esclavos de Cristo, y actuemos según las cosas que convienen a nuestra santificación, y que glorifican Su nombre.

23 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 23 de diciembre

1 Corintios, capítulos 7 al 9

En una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio. Corramos de tal modo que lo obtengamos.
Los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros en cambio, por uno que dura para siempre. (1 Corintios 9:24-27)

La vida del cristiano es como una carrera en la cual no competimos contra otros, sino que nos animamos unos a otros a permanecer corriendo sin desmayar, venciendo, con la ayuda del Espíritu que nos fue dado por Dios, cada impedimento que se nos presente en el trayecto para estorbarnos y hacernos tropezar.

Corramos hermanos con paciencia y perseverancia, de manera que lleguemos al final de nuestros días en Cristo; disciplinemos nuestro cuerpo y controlémoslo para que no seamos dominados por ningún deseo impuro. No sea que descuidándonos, quedemos descalificados...

22 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 22 de diciembre

1 Corintios, capítulos 4 al 6

La Palabra de Dios nos advierte que:

Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (1 Corintios 6:9-11)

Quienes han practicado algo de esto, al creer en Cristo son lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios, no para seguir viviendo en pecado sino para comenzar una nueva vida en santidad.

Abandonemos las obras que nos separan de Dios.

Huyamos de la fornicación. El que fornica, peca contra su propio cuerpo. No ignoremos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, hemos sido comprados por la sangre de Cristo; por tanto, glorifiquemos a Dios en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu, los cuales son Suyos. (1 Corintios 6:18-20)

Fuimos llamados por Dios a ser santos, vivamos como hijos Suyos y honremos a nuestro Señor con nuestra manera de vivir.

El mejor deseo para Año Nuevo...


21 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, martes 21 de diciembre

1 Corintios, capítulos 1 al 3

El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es poder de Dios. (1Corintios 1:18)

Dios dispuso que el mundo no le conozca mediante la sabiduría humana, y le agradó salvar mediante la locura de la predicación, a los que creen. (1 Corintios 1:21)

Asi que no nos avergoncemos del evangelio porque es el mensaje de Dios para salvar a este mundo. Hablemos con valor y estemos dispuestos a sufrir oposición, burlas y desprecio por causa de nuestro Señor, quien no se avergonzó de enfrentar la muerte más humillante con tal de redimirnos...

Anunciemos el evangelio que enseñó Cristo, que nos lleva a entrar por la puerta estrecha y a transitar el camino angosto que pocos eligen pero que conduce a la vida eterna.

20 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, lunes 20 de diciembre

Romanos, capítulos 14 al 16

No nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien propongámonos no ser de tropiezo para nuestros hermanos más débiles en la fe, por quienes Cristo también murió.
Busquemos todo lo que conduce a la paz, y lo que nos edifica mutuamente. Seamos sabios para el bien, e ingenuos para el mal.

El reino de Dos consiste en una vida de rectitud, paz y gozo por medio del Espíritu Santo. El que sirve a Cristo de esta manera, agrada a Dios y es aprobado por los hombres.

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno y edificante; porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo. (Romanos 14:13, 17, 19; 15:2-3; 16:19)

Que Dios nos dé, como hijos Suyos, un mismo sentir según Cristo Jesús; para que Su nombre sea glorificado en medio de Su pueblo.

19 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, domingo 19 de diciembre

Romanos, capítulos 11 al 13

No nos amoldemos al estilo de vida de este mundo, renovemos nuestra manera de pensar para que sea acorde a la voluntad de Dios.

Aborrezcamos lo malo, sigamos lo bueno.

Amemos a nuestros hermanos en la fe con amor fraternal; respetémonos y honrémonos mutuamente.

Hagamos nuestras las necesidades de los que pertenecen al pueblo de Dios, compartiendo con quienes están necesitados.

Bendigamos a quienes nos hacen mal... Bendigamos, y no maldigamos. Ayudemos a nuestros enemigos; si tienen hambre, démosles para comer y si tienen sed, démosles de beber.

Seamos diligentes en nuestro servicio al Señor, según Su Espíritu nos guíe.

Vivamos alegres por la esperanza que tenemos, soportemos con valor los sufrimientos, y no dejemos nunca de orar.

No seamos altivos, acerquémonos a los humildes.

No devolvamos a nadie mal por mal. Procuremos hacer lo bueno.

Busquemos estar en paz con todos. No nos venguemos nosotros mismos, encomendemos nuestras causas en las manos de Dios y dejemos que El sea quien nos haga justicia.

No nos dejemos vencer por lo malo; al contrario, venzamos con el bien el mal.

No tengamos deudas pendientes con nadie. Paguemos a todos lo que les debamos.

Amemos al prójimo como a nosotros mismos.

Desechemos las obras que provienen de las tinieblas y vivamos en luz, decentemente como corresponde a hijos de Dios. No andemos en glotonerías y borracheras, ni en lujurias y lascivias, ni en contiendas o envidias.

Revistámonos del Señor Jesucristo, y no satisfagamos los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa. (Romanos 12 y 13)

18 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, sábado 18 de diciembre

Romanos, capítulos 8 al 10

No vivamos según los deseos de la carne -nuestra naturaleza pecaminosa- (Gálatas 5:16-21), sino conforme a los deseos del Espíritu. Porque ocuparse de la carne produce enemistad con Dios y muerte, pero vivir según el Espíritu produce vida eterna y paz.

Si somos verdaderos hijos de Dios, Su Espíritu habita en nosotros y nos guía a obrar de manera que agrademos al Padre. (Romanos 8:5-9, 13-14)

Caminemos en luz, desechemos todo deseo impuro, busquemos la justicia y la santidad...

17 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, viernes 17 de diciembre

Romanos, capítulos 5 al 7

Los que fuimos bautizados luego de haber creído en Cristo Jesús, hemos muerto a nuestra vieja manera de vivir y hemos resucitado a una vida nueva. Nuestra vieja naturaleza fue crucificada con Cristo, para que nuestro cuerpo pecaminoso no siga siendo esclavo del pecado.
Asi que, no permitamos que reine nuevamente el pecado en nuestros cuerpos, ni le obedezcamos en sus concupiscencias. Obedezcamos a Dios y vivamos de manera santa, sirviéndole a El y honrando Su nombre.

La paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)

16 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, jueves 16 de diciembre

Romanos, capítulos 2 al 4

Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8)

No hay nadie que pueda decir: 'Yo soy justo, no necesito a Cristo como Salvador de mi alma', porque todos hemos pecado, aún nuestra naturaleza es en su esencia pecaminosa; por eso estamos muertos espiritualmente y hemos sido destituidos de la gloria de Dios. Nuestros pecados nos separan de la presencia del Dios santo y provocan Su ira.

Lamentablemente, esa es la condición en que se encuentra todo ser humano.

Pero la buena noticia del evangelio es que en Cristo hallamos al Varón perfecto, al Escogido para quitar el pecado del mundo... y de nuestro corazón; al Único que es justo y que por eso puede justificarnos gratuitamente a nosotros también.
En Cristo, Dios manifestó Su justicia descargando toda la ira que merecíamos nosotros a causa de nuestros pecados. Eso fue lo que soportó nuestro Salvador en la cruz. Y esa fue la única obra expiatoria que el Padre aceptó para que la humanidad pueda alcanzar salvación.
Dios mismo puso a Cristo como propiciación por medio de la fe en Su sangre. (Romanos 3:25)

Ninguna obra nuestra sirve para hacernos justos, ya hemos sido justificados por medio de lo que padeció Jesús, asi que sólo debemos creer en El, para que en nuestra fe se cumpla la salvación y se demuestre que es por gracia, no por obras, gracia inmerecida de la cual no podemos jactarnos.

Y ahora sí, una vez que hemos creído, somos regenerados en Jesucristo para hacer buenas obras, aquellas que Dios preparó de antemano para que nosotros las practiquemos y andemos en ellas. (Efesios 2:10)

La fe del que cree en Aquel que justifica al pecador, le será contada por justicia, para salvación de su alma. Y las obras que éste hiciere unido a su Señor, le serán por recompensa en el reino de los cielos.

15 de diciembre de 2010

Nuestra lectura de hoy, miércoles 15 de diciembre

Hechos, capítulos 27 y 28
Romanos, capítulo 1

Dios se ha revelado a la humanidad, pero los hombres no le han tenido en cuenta y se han llenado de maldad, y con sus injusticias detienen la verdad...
Se creen sabios y no le dan la gloria a Dios; se han envanecido en sus razonamientos, y cambiaron la verdad de Dios por la mentira.
Por eso, Dios entregó al ser humano a los malos deseos de su corazón, a pasiones vergonzosas, a prácticas indecentes que son contrarias a lo natural y que degradan sus cuerpos, y a una mente depravada que les lleva a hacer cosas que no convienen.
Se han llenado de injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, envidia, homicidios, contiendas, engaños y malicia. Son murmuradores, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, insensibles, sin misericordia...
Saben bien que, según el juicio de Dios, los que practican esas cosas merecen la muerte; sin embargo, siguen haciéndolas y se complacen con quienes las practican. (Romanos 1:18-32)

Nuestra sociedad está cada vez más corrompida, los principios de Dios son considerados obsoletos, y las leyes han aprobado lo que Dios reprueba...
Cuán lejos nos iremos del Creador? Hasta cuándo seguiremos ignorando Sus advertencias?
Dios es justo y un día rendiremos cuentas delante de Su trono de todo lo que hicimos durante nuestra vida en la tierra. No seamos tan necios de llegar al final del camino sin habernos preparado para la eternidad... Sólo serán justificados los que han creído en Jesucristo y se han arrepentido de sus pecados.
Humillémonos delante de Dios, y volvamos nuestro corazón a El... Nadie tiene sus días contados, en cualquier momento podríamos ser llamados a partir de esta tierra... Ten presente a Dios ahora! El es misericordioso para perdonar a todo aquel que le busque de verdad.